Aunque sus inicios estuvieron influidos por el impresionismo, pronto abandonó
sus principios artísticos para acercarse primero al fauvismo y después al
cubismo, y terminar desarrollando un estilo propio, marcado por unas pinceladas
ágiles y vigorosas y una paleta de colores más claros. La exposición, que
incluye alrededor de 100 obras y recorre las distintas etapas de su producción
artística, se centra no sólo en su vertiente como pintor de los placeres de la
vida moderna, sino también en su faceta más introspectiva, reflexiva y
personal.
