Tras la recién inaugurada exposición sobre Raoul Dufy, el Museo Thyssen-Bornemisza presenta otra nueva exposición dedicada
al pintor belga Paul Delvaux (1897-1994), un artista representado tanto en la
colección permanente del Museo, como en la colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Tras una primera etapa marcada por el expresionismo
flamenco, Delvaux descubrió el surrealismo y experimentó la influencia de
Magritte y Giorgio de Chirico. El mundo de Delvaux tiene un inconfundible
carácter onírico. Sus figuras femeninas vagan como sonámbulas por escenarios
nocturnos, ofreciendo a la mirada del espectador su desnudez a la vez fría y
sensual.
Realizada en colaboración con el Musée d’Ixelles, esta
exposición reúne más de medio centenar de obras del pintor, procedentes de
colecciones públicas y privadas de Bélgica, y especialmente de la colección
Ghêne.
En ella se recorren cinco grandes temas de la iconografía de
Delvaux entre Eros y Tánatos: la Venus yacente, la obsesión por el Doble, las
arquitecturas clásicas y las estaciones de ferrocarril y finalmente, la Danza
de la muerte.
Estará hasta el 7 de junio.
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