Los golosos no nos podemos quejar en Madrid, puesto que tenemos varias pastelerias centenarias, pero las más veteranas de todas son la Antigua Pasteleria del Pozo, que abrió sus puertas en 1830, con el nombre de Horno de la Calle del Pozo, en el número 8 de dicha calle, detrás de la Carrera de San Jerónimo. La fachada es de las de antes, de madera y con paños de cristal en las puertas. Desde el escaparate se ve el obrador, el horno artesanal donde se preparan los más exquisitos hojaldres de Madrid, su especialidad, junto con el roscón de Reyes y las torrijas, durante todo el año.
Respecto al origen de su nombre, cuenta la tradición que hace años, en la zona en que se
ubica, existía un pozo al que se habían arrojado las reliquias de unos santos y
que por eso ocurrían cosas misteriosas que atraían la atención de los
madrileños de la época.
La otra pasteleria más antigua es el Riojano, en la calle Mayor número 10, que fue fundada en 1865, por Dámaso de la Maza, oriundo de dicha región española. Fue pastelero de la Casa Real y de la reina Mª Cristina de Nápoles, quién diseñó la pasteleria. Se utilizaron materiales nobles como la caoba, el mármol y el bronce. Sus especialidades son las llamadas pastas del Consejo, las que se preparaban para el rey niño Alfonso XIII, cuando presidía las sesiones y que aún se siguen sirviendo en el Senado y los tan castizos azucarillos de limón, así como los bartolillos y los pestiños.
No abandona nunca las tradiciones y sigue elaborando los dulces
típicos de cada fecha religiosa, como las gargantillas por San Blas.
Hola,conoces la Bombonera?y su antigüedad? he leido anuncios en periodicos de los años 20,existe aun?
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